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Una critica y reflexiva opinión sobre la actualidad económica y política sobre la sociedad del siglo XXI.

jueves, 23 de noviembre de 2006

El problema de la brecha tecnológica no se soluciona unicamente con una conexión a Internet.


En un mundo que se debate entre la más avanzada tecnología, por un lado, y la avanzada de epidemias como el hambre y la miseria por el otro, esta Redacción se pregunta cuál es realmente el rol que le cabe a las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) en la lucha contra la pobreza, la injusticia, la desigualdad de oportunidades. Esta misma pregunta es una de las que dio origen a la Fundación Desarrollar Argentina, capítulo argentino de Development Gateways, dedicada a la promoción de las TICs como herramientas de desarrollo humano.Pareciera haber un abismo entre los usuarios de estas tecnologías y los que ni siquiera las conocen; un abismo tal de competencias culturales, de posibilidades de desarrollo, de oportunidades laborales y educativas, que nos preguntamos si no podría llamarse a este desconocimiento tecnológico un “segundo analfabetismo”. Pero más allá de las analogías y paralelismos, la realidad nos demuestra cotidianamente cómo las TICs influyen en nuestras vidas y hasta qué punto nos apoyamos en ellas para crecer. La pregunta es, entonces, ¿cómo acercamos estas herramientas a quienes se encuentran tan lejos de ellas? ¿Cómo superamos este abismo? Para esto, consultamos al especialista en Tecnologías de la Información y e-government, Federico Ricciardi, quien es además Director Ejecutivo de la Fundación que produce este newsletter. 1.- Las estadísticas del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) muestran que casi la mitad de la población vive con las necesidades básicas insatisfechas.¿Cómo pueden las TICs convertirse en herramientas para disminuir esta cifra, es decir, para combatir –específicamente- la pobreza?Es cierto, también las estadísticas afirman que más de 10 millones de habitantes tienen contacto con nuevas herramientas relacionadas con Internet. Las brechas suponen una pauta de urgencia y una pauta de estrategia. En este sentido podemos decir que si bien existe una evidente necesidad de cerrar de forma urgente las brechas más importantes, especialmente aquellas relacionadas con el hambre, la educación y la salud; también es importante atacar el problema de forma estratégica a fin de generar modelos sustentables y con la posibilidad de construcción de capital social.Las TICs pueden proveer información y conocimiento para que personas que actualmente se encuentran bajo la línea de la pobreza sean capaces de capacitarse y adquirir ciertos conocimientos claves para su desarrollo. Es inútil pensar que esto se va a dar de forma automática; quiero decir que el proceso debe estar acompañado de planes y proyectos que faciliten esta inserción en el mundo digital. Este es uno de los grandes objetivos de Desarrollar: generar las condiciones necesarias para que los beneficios de las nuevas tecnologías puedan ser aprovechados por aquellos sectores históricamente excluidos.Sería imposible enumerar la cantidad de casos que existen donde las tecnologías han contribuido con la reducción de la pobreza por medio de diferentes formas. Son muchas las formas, desde un curso en línea para un microemprendedor, plataformas de comercio electrónico para productos de artesanos, centros de donaciones virtuales, etc.2.-¿Cómo incide la brecha tecnológica en la distribución de la riqueza de los argentinos?El mayor impacto negativo que tuvo la brecha digital fue justamente la inequitativa distribución de las riquezas. Aquellos sectores que pudieron adaptarse -por contar con los medios adecuados y recursos necesarios- a las nuevas tecnologías, aumentaron enormemente su capacidad de producción y competitividad y aquellos que no lo hicieron quedaron marginados.No es casual que la explosión de las nuevas tecnologías se haya dado de manera muy fuerte en sectores particulares como el financiero. Es frecuente ver escuelas sin conexión a la red, pero quién sería capaz de imaginar un banco o una financiera sin Internet, eso es impensable y ahí es donde reside el problema: los que más tienen, tienden a utilizar las TICs para ganar competitividad y de esa manera seguir manteniendo sus utilidades. Mientras tanto, en las escuelas no parece ser una urgencia la utilización de estas tecnologías y las pruebas están a la vista.Por otra parte, es un error muy grande, aunque bastante frecuente, pensar que el problema de la brecha se soluciona únicamente con una conexión a Internet. Son muchas las variables que juegan sobre esta brecha y habitualmente estas variables se relacionan de forma directa con otras brechas, por ejemplo, la brecha educativa. Esto definitivamente tiene un impacto directo sobre la distribución del ingreso.3.- ¿Es factible implementar programas de “alfabetización digital” en comunidades en riesgo o de minorías étnicas en el país? ¿Qué efectos contraproducentes habría que prevenir? ¿Qué lugar le cabe al conocimiento tecnológico entre las prioridades de las políticas de desarrollo humano?Si, claro que es factible. Y yo no diría que es sólo factible, sino que es necesario. Es importante aclarar, con respecto a estas cuestiones, que no tiene sentido plantear una discusión entre factores tecnológicos contra factores de desarrollo: la tecnología de nada sirve si no está justamente al servicio del desarrollo humano.Tenemos que entender que gracias al acceso a las nuevas tecnologías podemos capacitar y cumplir trayectos de educación básica formal y no formal. Por lo tanto, brindar acceso a las nuevas tecnologías no debería significar no cumplir con las obligaciones de distribución de educación sino que debe significar ampliar la oferta educativa y democratizarla: ese es justamente el valor estratégico que estas tecnologías representan. Es por eso que hay que prestarle atención a mitigar las desigualdades que puedan producir y contribuir con la universalización del servicio y el uso; para que aquellas personas que están excluidas de los sistemas educativos o productivos puedan incorporarse rápidamente y gozar de aquellos beneficios con los que hoy cuentan quienes ya ingresaron al mundo digital.